martes, 15 de febrero de 2011

Nota del subempleo

Nota del subempleo

Francisco Javier Chaín Revuelta

El movimiento revolucionario iniciado con la represión a los obreros y campesinos del país a manos de la fuerza bruta del gobierno y empresarios logró, de alguna manera, transformar a México en otro. La revolución recreó ésta especie de  nación a la que sumó las razas y clases que ni la colonia ni el siglo XIX pudo incorporar. Sin embargo no consiguió una sociedad  realmente justa y libre.

La revolución no nos ha hecho una comunidad en donde el  “principio de autoridad” ceda el sitio a la “libertad responsable”. Una revolución no es un hecho consumado sino un proceso continuo. La mexicana se propuso liquidar el régimen feudal, transformar al país mediante la industria  y la técnica, suprimir nuestra dependencia económica y política, e instaurar una verdadera democracia social. Cómo bien se observa nada de eso se ha logrado e incluso se ha retrocedido aceleradamente. Finalmente, dijo Octavio Paz, la revolución vino a mostrar nuestro verdadero rostro a un tiempo ya conocido, un rostro que se había ignorado.

México queda atrapado, como todo pueblo sometido al imperio, como mero productor de materia prima y de mano de obra barata, en lo político una colonia, en lo espiritual una sociedad bárbara o pintoresca.

La revolución consistía en asegurar la independencia política y recuperar los recursos naturales, todo ello sin agraviar los derechos sociales de los obreros plasmados en la Constitución de 1917. Sin embargo no eran de México  ni el petróleo, ni los minerales, ni la energía eléctrica  y las otras fuerzas necesarias para transformar el país. No se trató de empezar sino de recuperar antes de empezar.

Con la revolución el estado se convirtió en el principal agente de transformación social con la devolución y el reparto de tierras, la apertura al cultivo de otras, las obras de irrigación, las escuelas rurales, los bancos de refacción para los campesinos. Todo ello aun a costa de los errores técnicos cometidos y de la intervención maléfica del cacique tradicional y del político rapaz.

Los peligros que en su momento se anunciaron se han cumplido, se ha regresado al monopolio de las tierras, lo que se haya conquistado habrá que defenderlo ahora más que nunca, el régimen feudal se niega a desparecer, olvidar ésto es olvidar demasiado. A pesar de la revolución miles y miles de campesinos viven en condiciones de gran miseria y decenas y decenas de miles tienen que emigrar a los Estados Unidos. Se carece ya de tierras cultivables y la industria no ha crecido lo suficiente, con lo cual la mayoría de los mexicanos esta condenada al subempleo una de cuyas formas es la venta ambulante como medio para sobrevivir.

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